Dentro del ámbito comercial o industrial, existen diferentes materias primas o productos finales cuyas características y componentes los vuelven sumamente frágiles, por lo cual requieren cuidados especiales durante su manejo y, particularmente, durante su transporte de un lugar a otro.
En este nuevo artículo del blog de SK LOGISTICS como comercializadora aduanal te contaremos cuáles son las mercancías que se pueden catalogar como frágiles, junto con la manera en que debe gestionarse la logística de este tipo de cargamento para trasladarlo hasta su destino final sin que sufra ninguna clase de daño o alteración que pueda comprometer su seguridad.
Bienes considerados como frágiles
De entrada, será necesario definir la categoría de bienes frágiles. En ella entran todas aquellas mercancías cuya naturaleza las vuelve muy susceptibles de sufrir daños con facilidad cuando se ven expuestas a cargas mecánicas.
Veamos qué tipo de bienes pueden caer en esta categoría:
- Objetos compuestos en su mayoría por materiales como vidrio, cerámica o similares.
- Artículos electrónicos o electrodomésticos (televisores, monitores, lavadoras, computadoras, etcétera).
- Instrumentos musicales, sin importar el material del que estén hechos.
- Antigüedades de alto valor y elaboradas a partir de materiales que pueden dañarse con facilidad.
- Ciertos materiales de construcción, como las baldosas de cerámica.
Como puedes ver, se trata de productos cuyo manejo incorrecto puede alterar sus características originales o causar daños cuantiosos e incluso irreparables; por ello, para su transporte es necesario cumplir una serie de reglas o requisitos que garanticen su seguridad. También es importante considerar las características de cada mercancía, ya que no todas se pueden proteger y transportar de la misma forma.
Aquí radica la importancia de contar con la asesoría de un agente aduanal para guiarte en los procesos de embalaje, transporte y gestión de mercancías frágiles.
Embalaje de mercancías frágiles
Un ejemplo muy conocido se da con electrodomésticos como los televisores; estos aparatos se empaquetan en cajas de cartón y se forran con placas de espuma en todos sus costados. Otro ejemplo son las baldosas de cerámica, las cuales deben atarse con firmeza en paletas que puedan adherirse con total seguridad a la carrocería del transporte.
Algunos productos frágiles y de tamaño pequeño, como artículos de plomería, lámparas, vajillas, entre otros, se empaquetan en cajas de madera con celdas separadas entre sí por láminas de cartón. Cada pieza o artículo se acomoda en su correspondiente celda, no sin antes envolverlo en papel de regalo, plástico de burbujas o, en última instancia, papel periódico. Las cajas deben estar forradas en cada costado con material impermeable, y unidas al cuerpo con cinta metálica para evitar que la carga se mueva durante el traslado.
Ciertos objetos como láminas de vidrio, espejos, parabrisas y otros similares se colocan en marcos de madera reforzados. Cada pieza se transfiere con su material de sellado posterior, el cual protegerá la mercancía en las laterales. Los bordes deben cubrirse con una cinta especial que presiona firmemente los objetos entre sí para impedir que se muevan durante el traslado. Tanto la caja como el embalaje deben incluir leyendas que adviertan sobre la fragilidad de la mercancía.
Así se protege la mercancía durante el transporte
Es evidente que la calidad y fiabilidad del embalaje influirá en gran medida en la seguridad de la carga a lo largo del traslado. Sin embargo, por muy confiable y seguro que pueda ser, de nada servirá si la mercancía no se asegura de la manera correcta en el momento de acomodarla en la caja o remolque del camión, o en el vagón del ferrocarril.
Por ello, si se quiere evitar cualquier riesgo de daño durante el traslado, es muy importante sujetarlos de la mejor forma posible para que el embalaje y, por ende, la mercancía, se mantengan firmes desde que la carga se despacha del lugar de origen hasta que se entrega en el destino final.
Para el aseguramiento de la carga, lo más recomendable es emplear objetos de fijación como correas de amarre, cintas de polímero, cables, pernos, clavos, entre otros. El tipo de aseguramiento elegido dependerá del tipo de carga a transportar. Existen contenedores, remolques o vagones de carga que vienen con puntos de anclaje o sujeción integrados en sus paredes internas y su piso, con la finalidad de brindar mayor seguridad.
En caso de no utilizar objetos para el aseguramiento de la carga, será obligatorio ajustar todas las cajas a transportar de manera perfecta; de lo contrario, la mercancía se verá propensa a moverse durante el traslado, lo cual aumenta el riesgo de que se desacomode, se caiga y sufra daños considerables.
Advertencias sobre la fragilidad de los productos
Tanto los embalajes como las protecciones deben incluir marcas y leyendas de carga que adviertan sobre las características de la carga, así como los métodos adecuados de manejo (acomodo, transporte, descarga y almacenamiento). De este modo, las personas encargadas de manejar estas mercancías tendrán conocimiento de que se trata de productos frágiles, y por ende, tomarán las medidas y cuidados correspondientes.
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